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Infancia interrumpida: del aislamiento digital a la educación con propósito

Infancia interrumpida: del aislamiento digital a la educación con propósito
Posted: jul. 1, 2025
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En la era postpandemia, muchos niños dejaron de hablar antes de aprender a deslizar una pantalla.

En los últimos cinco años, padres, docentes y pediatras han comenzado a notar un fenómeno preocupante: niños que, tras la pandemia, presentan dificultades de lenguaje, escasa interacción social, y dependencia extrema de dispositivos digitales.

Estos comportamientos, que no necesariamente se vinculan con un diagnóstico clínico, han sido asociados a un concepto emergente: “autismo virtual”. Aunque no es un término médico oficial, describe una serie de manifestaciones derivadas del uso excesivo y pasivo de pantallas en edades tempranas, especialmente durante el confinamiento por COVID-19.

Lejos de reducirse a un fenómeno aislado, esto refleja una problemática global que interpela al sistema educativo, la familia y las políticas públicas.


¿Qué dice la evidencia? Impacto de la sobreexposición digital en la infancia

Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la American Academy of Pediatrics (AAP) coinciden: los niños menores de cinco años no deberían superar una hora de exposición diaria a pantallas. Sin embargo, estudios postpandemia muestran cifras alarmantes: entre cuatro y seis horas promedio por día en niños de entre 5 y 12 años, muchas veces sin supervisión ni fines pedagógicos claros.

Esta sobreexposición afecta áreas claves del neurodesarrollo:

  • Lenguaje: reducción del vocabulario expresivo y comprensión limitada

  • Atención: disminución del enfoque sostenido y aumento de la impulsividad

  • Vínculo social: aislamiento, menor empatía y dificultades para interpretar emociones

  • Autorregulación emocional: frustración, irritabilidad y dependencia del refuerzo digital

Además, el cerebro infantil en formación requiere estímulos sensoriales, afectivos y motores que la pantalla no puede reemplazar. Cuando el contacto humano es sustituido por estímulos visuales rápidos y repetitivos, el desarrollo se distorsiona.


 Del consumo a la creación: una nueva alfabetización digital

La solución no está en prohibir las pantallas, sino en reformular el vínculo que los niños tienen con la tecnología. Para lograrlo, es imprescindible educarlos no solo en el uso de herramientas digitales, sino también en:

  • Pensamiento computacional

  • Comunicación efectiva y responsable

  • Colaboración virtual

  • Creatividad digital

  • Ética y ciudadanía digital

Esto implica superar el modelo centrado en habilidades técnicas básicas para abordar una alfabetización digital integral, adaptada al siglo XXI y basada en estándares internacionales como los ISTE Standards for Students (2024).


D2S: un programa educativo que responde al desafío

El programa Digital & Soft Skills for Kids (D2S), desarrollado por IBEC, es la primera iniciativa latinoamericana que aterriza los 7 Estándares ISTE en actividades concretas para niños de 5 a 12 años. Su objetivo no es solo enseñar tecnología, sino formar ciudadanos digitales críticos, creativos y colaborativos, desde las primeras etapas educativas.

¿Qué hace único a D2S?
  • Aprendizaje basado en competencias: incluye desde el uso de procesadores y herramientas multimedia hasta la creación de portafolios digitales, edición de video, programación visual y diseño de soluciones

  • Habilidades blandas integradas: promueve liderazgo, resolución de conflictos, trabajo en equipo y empatía, todo dentro de contextos digitales reales.

  • Ciudadanía y ética digital: enseña a los niños a cuidar su privacidad, comunicarse respetuosamente y actuar con responsabilidad en línea.

  • Metodología activa y lúdica: las lecciones están diseñadas para ser prácticas, gamificadas y centradas en la resolución de problemas reales.

  • Implementación escalonada y medible: se adapta al currículo escolar desde preescolar hasta sexto grado, con recursos y acompañamiento docente.

Educar para prevenir: por qué D2S no es un “plus”, sino una necesidad

Frente a una generación que crecerá en entornos digitales híbridos, formarlos como usuarios conscientes y no como consumidores pasivos es un deber ético y pedagógico. Programas como D2S no solo previenen efectos negativos del mal uso de la tecnología, sino que potencian las capacidades cognitivas, emocionales y sociales de los niños, contribuyendo al desarrollo integral.

Al igual que enseñamos a leer y escribir, hoy necesitamos enseñar a navegar, colaborar, crear y pensar en entornos digitales, con la misma seriedad y compromiso.

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